Riesgo de cáncer de seno y siete maneras de disminuirlo

Cinta rosada, cáncer de mama y los factores de este cáncer

Todas compartimos un rasgo común que nos pone en riesgo de cáncer de seno: somos mujeres. Si bien ese es un factor de riesgo que no podemos cambiar, hay muchos lugares en nuestras vidas donde podemos tomar medidas para prevenir el cáncer de seno.

7 maneras de disminuir el riesgo de cáncer de seno

1. Agrega más frutas y verduras a tu dieta

La Organización Mundial de la Salud ha determinado que los factores dietéticos representan al menos el 20 por ciento de todos los cánceres en los países en vias de desarrollo y hasta el 30% en países occidentales.

El consumo de alimentos ricos en grasas, productos lácteos, carne, productos lácteos, alimentos fritos e incluso ciertos aceites vegetales, hace que el cuerpo de una mujer produzca más estrógenos, lo que estimula el crecimiento de células cancerosas en el seno y otros órganos que son sensibles a las hormonas sexuales femeninas.

Pero seguir estos tres pasos puede ayudarte a reducir tu riesgo:

Comer verduras crucíferas

Las verduras crucíferas, como la coliflor, la rúcula y las coles de Bruselas, están llenas de fitoquímicos llamados indoles e isotiocianatos, que pueden ayudar a reducir el riesgo de cáncer de mama al disminuir la producción de estrógenos “malos” (16-alfa-OHE) al tiempo que aumentan los niveles de “buenos” “Estrógeno (2-OHE).

Elimina carne o haz el “lunes sin carne”

El alto contenido de grasa de la carne y los productos lácteos aumenta la producción de hormonas, aumentando el riesgo de cánceres relacionados con las hormonas, como el cáncer de mama y de próstata.

La carne también contiene proteínas animales, grasas saturadas y, en algunos casos, compuestos cancerígenos como aminas heterocíclicas (HCA) e hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAP) formados durante el procesamiento o la cocción de la carne.

Consume más betacaroteno

El betacaroteno, un tipo de carotenoide y antioxidante que combate el cáncer, es un pigmento colorido que se encuentra en las frutas y verduras de color naranja y rojo. El Instituto de Medicina recomienda que las mujeres consuman de 3 a 6 miligramos de betacaroteno por día.

El betacaroteno inhibe la oxidación y protege al cuerpo de los radicales libres, que pueden dañar las células y provocar cáncer y otras enfermedades crónicas.

La American Heart Association sugiere obtener el betacaroteno (y otros antioxidantes) de los alimentos en lugar de los suplementos. Las buenas fuentes alimenticias de betacaroteno incluyen:

  • Zanahorias
  • Patatas dulces
  • Calabaza de invierno
  • Espinacas y Col Rizada
  • Frutas como melón y albaricoques

La investigación sugiere que los niveles de betacaroteno pueden disminuir en algunas frutas y verduras, como los guisantes y las zanahorias cuando se congelan.

Las bayas, cerezas, col rizada, tomates y espinacas también son alimentos que contienen nutrientes que promueven la salud celular y protegen la célula del daño.

2. Mantén un peso saludable

El sobrepeso no solo aumenta el riesgo de cáncer de seno, sino que también aumenta la probabilidad de recurrencia en quienes han tenido cáncer de seno. Un IMC (Índice de masa corporal) superior a 25 aumenta su riesgo de ser diagnosticada con cáncer de seno.

Esto es especialmente cierto después de la menopausia y para las mujeres que aumentan de peso en la edad adulta. Después de la menopausia, la mayor parte de tu estrógeno proviene del tejido adiposo.

Tener más tejido graso puede aumentar tu probabilidad de contraer cáncer de seno al elevar los niveles de estrógeno. Además, las mujeres con sobrepeso tienden a tener niveles más altos de insulina, otra hormona. Los niveles más altos de insulina también se han relacionado con algunos tipos de cáncer, incluido el cáncer de mama.

Si ya tienes un peso saludable, quédate allí. Si llevas kilos de más, intenta perder algunos. Existe alguna evidencia de que perder peso puede reducir el riesgo de cáncer de seno.

Perder incluso una pequeña cantidad de peso, por ejemplo, 20 gramos por semana, también puede tener otros beneficios para la salud y es un buen lugar para comenzar.

3. Ejercicio

Nuevos estudios encuentran que aumentar el ejercicio para reducir la grasa corporal podría disminuir el riesgo de cáncer de seno para las mujeres posmenopáusicas. La grasa corporal se ha asociado con un mayor riesgo de cáncer de mama posmenopáusico.

Antes de comenzar un programa de ejercicios, es importante hablar con tu médico para determinar las limitaciones que puedas tener con respecto al ejercicio.

El ejercicio aeróbico ayuda a mejorar la función cardíaca y pulmonar. Caminar, nadar, correr, andar en bicicleta, bailar y caminar son solo algunos ejemplos de ejercicio aeróbico. Los beneficios del ejercicio aeróbico incluyen:

  • Bajar el colesterol y la presión arterial
  • Mayor resistencia
  • Una frecuencia cardíaca en reposo más baja
  • Pérdida de peso o mantenimiento
  • El alivio del estrés
  • Mejor sueño

Construir una rutina lleva tiempo. Incorpore lentamente el ejercicio a su rutina semanal, comenzando con una cantidad razonable en la que pueda construir. Eventualmente, debería poder incorporar algún tipo de actividad física todos los días.

Realiza ejercicio durante 45-60 minutos al día durante al menos 5 días a la semana.

4. Limita las bebidas alcohólicas

Beber diariamente puede aumentar tu riesgo de desarrollar cáncer de seno, aunque todavía puedes no renunciar a esa copa de vino con la cena.

El vínculo entre el consumo de alcohol y el aumento del riesgo de cáncer de seno es un poco más claro, gracias a un estudio reciente del World Cancer Research Fund y el American Institute for Cancer Research.

La investigación publicada en 2017 encuentra que beber un promedio de 10 gramos de alcohol al día puede causar:

  • Un 5 por ciento más de riesgo de cáncer de seno en mujeres premenopáusicas
  • Un aumento del 9 por ciento en mujeres posmenopáusicas

5. Reduce su exposición al estrógeno

Las hormonas provocan muchos casos de cáncer de seno. La exposición prolongada a la hormona estrógeno es un factor de riesgo importante. Aquí hay algunas cosas que te ayudarán a evitar la exposición excesiva al estrógeno y a reducir sustancialmente su riesgo de cáncer de seno.

Dado que la grasa corporal juega un papel importante en la producción de estrógenos, mantén un peso saludable a través de la dieta y la actividad física.

Beber con moderación, si es que lo haces. El alcohol puede interferir con la acción del estrógeno en el cuerpo.

Considera cuidadosamente la terapia de reemplazo hormonal y las opciones de anticoncepción oral. Habla con su médico sobre los riesgos y beneficios de estos medicamentos.

Reduce tu exposición a los productos químicos disruptores endocrinos que se encuentran en muchos alimentos, artículos de embalaje y productos de consumo.

Los disruptores endocrinos se meten con nuestras hormonas. Muchos de ellos pueden imitar o interferir con el estrógeno en el cuerpo, y se ha descubierto que causan tumores mamarios en estudios con animales.

6. Dejar de fumar

Fumar es un factor de riesgo confirmado para muchos tipos de cáncer. Investigaciones recientes en el último año (2012) han confirmado que fumar es un factor de riesgo que contribuye al desarrollo de cáncer de seno.

Además, el humo de segunda mano (fumador pasivo) también es un factor de riesgo para el cáncer. Entonces, si eres fumador, ayúdate de manera significativa y únete a un programa para dejar de fumar para ayudarte a hacerlo.

El día en que dejas de fumar, la curación puede comenzar y cada semana en la que estás libre de humo, se te otorga cada vez más ventajas para una vida más saludable. Fumar también contribuye directamente a las enfermedades cardíacas y pulmonares.

Cura tu intestino

Tanto su tracto digestivo como la salud del hígado son importantes para la salud de los senos. El hígado procesa el exceso de estrógeno y lo elimina del cuerpo a través del intestino.

Comer alimentos ricos en fibra, tomar probióticos y curar el intestino permeable o las infecciones le permitirá a tu intestino eliminar toxinas, hormonas y desechos, protegiendo tu cuerpo y permitiéndole obtener la mayor cantidad de nutrientes de tus alimentos.

Y no olvides

Revisa tus senos mensualmente: un autoexamen mensual de mamas puede ayudarte a familiarizarte con tus senos, lo cual es importante para detectar cambios tempranos en tu tejido mamario.

Muchas mujeres solo visitan a su médico para exámenes clínicos de seno cada 1 a 3 años, lo que hace que los autoexámenes de seno sean mucho más importantes.

El examen de rutina de tus propios senos mientras trabajas con un profesional de la salud puede ser una herramienta eficaz en la detección temprana.

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